jueves, 12 de noviembre de 2009

LO REAL

Si para Lacan lo real es “lo que no puede ser conocido”, “lo que no puede ser nombrado”, “lo que no puede ser percibido”, ni directa, ni indirectamente, “lo que no se puede entender”, entonces no entiendo de qué estamos hablando. ¿Qué es? Si la respuesta es que no se sabe qué es, por definición, diría que estamos frente a una tautología. ¿Se relaciona con algo? ¿Tiene que ver con algo? Si la respuesta es negativa, entonces, cabe preguntarse: ¿existe? No hay nada que no tenga que ver con algo. Si no existe, el concepto mismo sería un absurdo y no tendría ninguna importancia. Pero si al nombrar lo real estamos nombrando “algo”, lo real se relaciona con alguna otra “cosa”, con algún “otro”, otro “algo”, en cualquier plano que se quiera, por lo que sufre alguna influencia, atraviesa algún cambio y sigue algún proceso ligado a lo “otro”, por lo que es susceptible de ser conocido.
Como dice Hegel en su “Introducción a la Ciencia de la Lógica”:
“La ´cosa en sí´ es una abstracción de toda determinación, de toda relación con Otro, una abstracción vacía. Toda ´cosa´ es, siempre, a la vez, un ´en sí´ y una relación con otro, para otro. Si uno se pregunta qué son las cosas en sí mismas, la pregunta, impensada, está planteada de tal forma que no tiene ninguna respuesta posible.”
Que nunca podamos conocer totalmente lo real no constituye un problema lógico, ni conceptual, ni existencial. Tal vez desde mucho antes de los griegos sabemos que todo está en constante cambio, es infinito, es y deja de ser, y es infinitamente complejo, por lo que nunca podemos conocerlo de manera perfecta y completa. Pero como nada de lo real está aislado como “cosa en sí”, siempre hay una relación entre nosotros y lo real, y establecemos, lo queramos o no, una relación, por lo que todo lo real es susceptible de ser conocido. No sólo nos relacionamos con lo real de una manera intencional para conocerlo, sino por el mero hecho de que somos parte de lo real estamos relacionados con lo real. Nuestro pensamiento es real en sí mismo, lo que no quiere decir que su contenido sea verdadero o no. Es tan real como el aire que respiro. Como mi pensamiento no existe en otro universo (o multiverso) sino en éste, está en unidad con lo real, es real, en sí mismo. No puedo decir entonces que exista nada que no puedo conocer, admitiendo que siempre será un conocimiento imperfecto. Tan “imperfecto” como la realidad misma que nunca deja de cambiar.

viernes, 9 de octubre de 2009

MANDAMIENTOS DEL MAESTRO

Amarás a todos los niños y a todas las niñas.
Reconocerás el espíritu del niño y de la niña con sólo ver sus ojos.
Los mirarás a todos con ternura.
Orientarás a los niños y a las niñas con tu ejemplo, más que con tus palabras.
No los abandonarás ni ignorarás jamás.
Los identificarás siempre por su nombre
Aceptarás que los niños y las niñas se molesten contigo
Protegerás a los niños y a las niñas de toda violencia, vergüenza o humillación
Impedirás todo abuso contra los niños y las niñas
Apoyarás su autocontención sana y natural del niño y no recurrirás al castigo.
Evaluarás al niño y a la niña sin calificar su persona
Hablarás siempre al niño y a la niña con suavidad.
Elogiarás al niño y a la niña por lo que es, no por lo que tú quieres que sea
No pegarás jamás a un niño ni a una niña
No dejarás nunca solo ni a un niño, ni a una niña
Pondrás tu poder al servicio del niño y la niña
Sólo tocarás con amor maternal o paternal al niño y a la niña
Celebrarás los cumpleaños y virtudes de todos los niños y las niñas
Y guardarás todos los secretos que te cuenten los niños y las niñas

sábado, 3 de octubre de 2009

CÓMO HABLAR DE SEXO CON TUS HIJOS

Siempre sentimos una cierta incomodidad y dificultad para hablar de sexo con nuestros hijos o hijas, y lo comprendo. Y ellos también tienen muchas resistencias para hacerlo con nosotros, lo que también entiendo. En realidad, no soy muy partidario de sentirnos obligados a hablar de temas sexuales con los hijos o de inducirles a que lo hagan, a pesar de que eso se recomienda por todas partes. Creo que para los hijos hay un tema de pudor que creo debe ser respetado. No hacerles sentir que “tienen” que hablar de sexo con nosotros. ¡La sexualidad es algo tan íntimo! Y, para los hijos o hijas, hablar de sexo con los padres implica asumir que papá y mamá tienen relaciones sexuales, ¡lo que es muy difícil de pensar y menos sentir!

Sobretodo, creo que es muy errado querer “dar información” sobre sexualidad a los hijos o hijas. Cuando queremos darles esa “información” lo más probable es que ellos ya la tengan y podemos avergonzarlos innecesariamente. Si piden información, es muy diferente. Pero ya veremos cómo creo que debemos hacerlo.

Para comenzar, creo que debes enfatizar los recursos de que dispones como papá o mamá para saber escuchar a tus hijos e hijas, para no ser reactivo, para ver más allá de lo inmediato, para esperar, antes de hablar de ningún tema, menos de sexo con ellos o ellas. Hay que aprender a comunicarnos bien, para dejarnos tocar emocional y espiritualmente por los hijos e hijas en todos los terrenos, y en especial en el tema sexual ya que hijos o hijas, si bien sienten el sexo como expectativa, también es para ellos y ellas un misterio, incluso una amenaza.

Y tenemos que aprender a ser confidentes y cómplices sanos de su proceso, cuidando de no herirlos con nuestras propias confusiones, temores y heridas en nuestra sexualidad. Ninguno de nosotros ha atravesado la maravillosa etapa que ellos atraviesan ahora en su adolescencia sin dolor, sin miedo, sin sentimientos de inadecuación, sin timideces, sin confusión, sin heridas, muchas veces vergonzosas o humillantes. Y no olvidemos de los verdaderos traumas que muchos podemos haber sufrido, o de las historias dolorosas que pueden existir en la historia familiar más amplia relacionados a la conducta sexual. Aceptemos, pues, que el tema sexual tiene sus razones para haberse convertido en “tabú” y que hay algo bueno en eso. ¡No rompamos el “tabú” sin estar seguros de no causar una herida más grave aún que la nuestra!

No nos toca de ninguna manera inducir a nuestros hijos o hijas a una conducta sexual, menos si prematura. Si hablamos “con soltura” del sexo estamos corriendo el riesgo de banalizarlo, de hacerlo “light” y por lo mismo desnaturalizarlo. Eso es algo sumamente delicado. Mayormente debemos ayudarlos a contenerse, a postergar, a esperar, y, sobretodo, a no separar ni divorciar jamás el sexo del amor, de los sentimientos, de la espiritualidad (lo que no implica religiosidad!). Más importante que decirles nada, ni informarles nada acerca de la vida sexual es saber escucharlos, saber acompañarlos en su proceso natural, sin críticas, sin exigencias, sin reservas, sin el deseo de controlarlos como nosotros pensamos.

Cuando estén listos para una vida sexual, ya teniendo una edad adecuada, ellos no necesitarán ningún aliciente de nuestra parte, ni nuestro permiso, ni siquiera nuestro comentario, menos aprobación, ni tampoco necesitarán nuestros frenos. Podemos confiar también en el hecho de que nuestros hijos e hijas no son simplemente “víctimas” de unas hormonas exigentes, sino también seres capaces de contenerse, postergar y esperar de manera natural.

Quisiera ofrecerte algunas ideas acerca de lo que puede guiarnos en la escucha amorosa, honesta, profunda que ellos requieren. Son ideas desarrolladas en muchas conversaciones con padres, profesores, terapeutas y son resultados de muchos experimentos de escucha profunda en la forma de ejercicios simulados (role playing) y reales.

Te ofrezco estas diez sugerencias como sugerencias o guías para la comunicación con tus hijos, no cómo recetas:

1. Antes que nada, no los critiques. No pretendas conocer más que él o ella lo que le conviene o lo que debe hacer, ni presionarlos con la autoridad de padre o madre o de persona mayor.
2. Abre espacios para la comunicación, no sesgues la conversación ni la guíes por algún camino por ti preconcebido, aún cuando reconozco que inevitablemente influimos sobre ellos.
3. Reconoce lo que tus hijos sienten, y expresa ese reconocimiento de manera explícita, haciendo contacto con lo que percibes, ves, intuyes, mediante afirmaciones que hagan contacto con su experiencia, como: “sientes cierto malestar eh?”, “pareces muy preocupada”, “estas triste, no?”, “inquieta?”, “a veces es difícil hablar, verdad?”, etc., pero sin imponer una idea u opinión prematura.
4. Haz un seguimiento de lo que ocurre sin forzar nada, diciendo frases como: “me doy cuenta que eso es importante para ti, ¿verdad?”, “te duele mucho eso… ¿eh?”, “veo que te preocupas bastante por tal cosa…”
5. Ayúdalos para que puedan aclarar sus sentimientos, sin sesgarlos, con preguntas como: “¿cómo te sientes de eso?”, “¿es difícil para tí?”… “¿cómo estás?”…, “¿Es muy intenso lo que sientes?”
6. Ayúdalos a identificar si es que hay algún evento anterior o espacio particular que acentúa sus dificultades, preguntando (“¿te ha pasado antes?”, “¿pasó en tu casa”… “¿colegio?”, sin ofrecer ningún comentario que nos sea pedido por ellos o ellas.
7. Acompáñalos para que les sea más fácil identificar los apoyos con que cuentan: “¿has podido hablar con tu mamá (papá)?, ¿amigas(os)?, ¿enamorado(a)... sobre eso?”… “¿te sientes apoyada(o)?”
8. Reconoce y refuerza sus recursos para abordar su dificultad diciéndole frases como: “¿qué quieres hacer?” o “¿qué has pensado hacer?” o “¿qué necesitas para enfrentar esta situación?”
9. Averigua qué apoyos necesita, preguntándole “en qué te puedo ayudar?”
10. Ofrece tu ayuda, tus consejos sólo si te los pide, y sólo después de haber escuchado cuidadosamente lo que les ocurre. No te dejes llevar por lo que tú crees debe hacer. Observa si has llegado a agotar los pasos anteriores. Sobretodo no le digas qué crees tú que debe ser su conducta sexual, ni dejes de estar dispuesto a escucharlos si no has agotado todos los recursos para que ella o él encuentre por sus propios medios sus salidas, y reconoce sus recursos. Cuando te pida una opinión, un consejo, no dejes de decirle claramente que ese sería tu camino pero no necesariamente el de ella o él.

¡Espero estas líneas te sean valiosas!

SERGIO BARRIO TARNAWIECKI
www.terapias.com.pe
www.sergiobarrio.blogspot.com
www.palabra-de-hombre.blogspot.com
sergiobarrio@telefonica.net.pe

domingo, 27 de septiembre de 2009

NEARDENTAL Y HOMUS,UNA HISTORIA MUY ANTIGUA

Sergio Barrio Tarnawiecki Diciembre 2002

Esta historia, escrita en el año 2002, no pretende tener nada que ver con la realidad. Es sólo una canción para nuestra especie y la especie más cercana a la nuestra hasta hoy conocida. Al publicarla, lo hago conmovido al haber leído muy recientemente que los Homo Neanderthalensis coexistieron en Europa y Asia Occidental con nosotros, los Homo Sapiens, durante alrededor de 15,000 años, que en unos 200,000 años construyeron un lenguaje simbólico, hicieron arte, desarrollaron complejas tecnologías, y tal vez se aparearon con nosotros, los Sapiens (este año 2009 se revelarán los resultados del estudio del genoma neandertal que nos revelarán hasta qué punto pudieron haber esos encuentros…), y luego desaparecieron como especie, aparentemente por el frío y el hambre. No puedo sino sentir realmente una inmensa compasión por esa pérdida…

Setiembre 2009

"Era enorme, su cuerpo cubierto de un denso vello oscuro y su piel gruesa como la de sus más lejanos antepasados. Oteaba el horizonte con frecuencia, ora para ver si había algún predador, ora para contemplar el espacio abierto y seductor que se abría ante él. Su respiración era calmada. Sentía calidez en su vientre, un cosquilleo en sus piernas y una excitación suave que se escondía entre el temor y la necesidad de aventurarse a lo desconocido. Las hojas teñidas por un sol amarillo apenas se movían al ser tocadas por la brisa. No había ningún movimiento amenazante. Más bien se podía distinguir nítidamente el perfume de frutos maduros en los arbustos cercanos. La luz del atardecer le invitaba a la calma y a disfrutar de lo que se ofrecía a su paladar.

Pero por más gestos y ruidos guturales que hiciera, invitándolos a salir, su hembra y sus crías se negaban a dejar el bosque. El recuerdo en los músculos de la hembra era duro, rígido, aterrado como la noche. En su pecho ella sentía una presión muy fuerte que hundía el esternón entre sus senos. Imágenes de dolor, de sangre, invadían su pensamiento y su respuesta era como el recuerdo de un llanto.

Él sentía que su excitación se mezclaba con una tensión en sus mandíbulas y un movimiento involuntario en sus mejillas y sus labios, como sabiendo que era inútil presionar a esa hermosa hembra de perfumes tan fuertes. Decidió salir sólo, no sin cierta hesitación y, veloz, se dirigió a recoger algunos frutos maduros para traerlos cerca de su familia, y se dispuso a comerlos. El olor a fruta fresca llegó a las narices ahora un poco más abiertas de los suyos, y éstos se acercaron a compartir. No había recogido muchos frutos por lo que sintió soltarse una sonrisa en su rostro cuando la menor de sus hijas se disparó a recoger más, sin hacer caso al gemido de la madre.

Así era como Neandertal buscaba abrir nuevos espacios de vida a su familia, y no nos sorprenda el hecho de que otras familias de la ribera del bosque ganaran coraje e hicieran lo mismo.

No siempre Neandertal fue tan “persuasivo”. La violencia era frecuente, sobretodo cuando se trataba de confrontar a otros machos que pretendían a su hembra. Esa mezcla de sabiduría que le daban sus años de experiencia, con esa inquietud para explorar y descubrir, así como su inaudita fuerza, lo sorprendieron como líder. Su manada de seres maravillosos, dulces e inteligentes, violentos y persuasivos, capaces de comunicarse con gestos, posturas, movimientos y ruidos de sus bocas que para nosotros y otros animales como los delfines o elefantes serían palabras, lo reconocía como líder. Él expresaba de alguna forma las necesidades que su manada sentía en sus vísceras: la necesidad de jugar, de procrear, de comer, de beber y crecer, e incluso ese impulso a convertirse en seres siempre mejores y trascender la muerte que luego llamaríamos espíritu.

Y, claro, parecía no haber quien pudiera disputar su capacidad para guiar la manada adonde habían alimentos abundantes, agua fresca, seguridad, lejos de los peligros de los depredadores o de otras manadas competidoras o enemigas y quizá buen clima y espacio para el ocio, es decir, hacia aquello que consideraríamos "bueno", "agradable", "seguro, "bello" los humanos. Esa extraordinaria capacidad estaba inscrita en sus brazos, en sus piernas, en su abdomen, en su olfato, en su aguda mirada, en el ritmo como seguía las noches, las lunas llenas, los olores. En su cuerpo estaba registrada la consciencia de que era el mejor.

Pero ser líder le permitía tener un dominio brutal sobre la vida sexual de su manada y excluir a otros machos que incesantemente buscaban sentir el intenso disfrute del apareamiento. Eso generaba mucho resentimiento también entre las hembras que sentían la tensión de la violencia y la represión de sus deseos de otra pareja, tal vez más atractiva, tal vez más audaz, tal vez más prohibida. Con los años el peso de su sabiduría era muy grande, y grande la necesidad de los audaces, de los intrépidos, de los tontos, y de los futuros sabios, de desafiarla.

Este día fueron siete machos los que lo atacaron brutalmente. Él había castigado con un golpe feroz de una piedra a un macho que trató de aparearse con una de sus hijas. Irritados, los siete machos, algunos de los cuales vivían lejos de la manada, se motivaron mutuamente para atacarlo juntos, conscientes de que ninguno por sí solo podría derrotarlo. Aprovecharon el momento en que Neandertal, a escondidas, acariciaba tiernamente a su hembra. Desde la oscuridad saltaron sobre él y le rompieron más de un hueso y tal vez algún órgano interno. Durante días lo habían seguido, olido, haciéndose los distraídos, desafiándolo a veces como si fueran adolescentes malcriados, e incluso ofreciéndole engañosamente frutos e insectos carnosos. Hoy lo atacaban sin dar descanso a sus brazos furiosos, a sus patas que golpeaban sin descanso.

Pero no era un tema sexual solamente. Hubo ocasiones en las que otros machos y hembras de carácter audaz trataban de llevar a la manada en otras direcciones, tal vez más atractivas, buscando otros espacios quizá peligrosos o ya tomados por otras manadas que celosamente lo defendían con sus vidas. Su menor experiencia les daba el privilegio de los "aprendices", los abría más a la experimentación y al cuestionamiento, y esas ocasiones habían provocado mucha confrontación antes, y no pocas veces a la violencia, ya que Neandertal no acepaba fácilmente que nadie pudiera saber más que él.

Algo en las células de Neandertal le hacía recordar que antes o después, miles de años antes o miles de años después, eran hembras las que ocupaban siempre el rol dominante y de liderazgo que hoy era cuestionado con puños y palos y por el cual pagaba con el crujido de sus huesos heridos. Mientras recibía los impactos secos de los palos y piedras sobre su lomo aterido, venían imágenes desconcertantes en su mente que le recordaban que muchas veces él no era tan bueno en algunas cosas, como por ejemplo, en la construcción de trampas para la cacería nocturna de venados, o en la siembra de semillas y la espera paciente de frutos o granos meses después. Tal vez el hecho de, aún hoy, el dominio absoluto de las hembras sobre los machos ocurriera en otras especies, hacía que su derrota - que él sentía terriblemente injusta - mezclara esos pensamientos confusamente en la tensión visible del llanto de sus dientes desnudos.

Pero algo más estaba ocurriendo. La rabia en el estómago de los atacantes se acompañaba de otro temor. Mientras repetían golpes certeros a Neandertal, los atacantes se miraban entre sí con mal velada desconfianza. Miraban a su víctima y a sus cómplices simultáneamente, lo que hacía que sus ojos se movieran incesantemente junto con sus cabezas, como lo hacen los monos en los árboles cuando sienten la presencia de un predador. Es que esta derrota del líder no era la primera. Recordaban con sus movimientos de 'staccato' que lo que venía era más peleas, tal vez más feroces, en las que los bosques y las praderas se sembrarían de muerte y gritos de dolor, como cuando los grillos, sapos y ranas lloran en las noches de los pantanos más tenebrosos. Las hembras de la manada, aterradas, habían salido de sus guaridas, de las cuevas y descendido de los árboles, seguidas de crías nerviosas, y se acercaban con palos, piedras, y algunas habían amarrado peligrosas puntas de piedra a los palos. Las manadas vecinas también se acercaban. Tanta había sido la violencia, tan feroz el ruido que nadie quedaba indiferente hasta muy lejos.

En la ribera del bosque había un tronco muerto, mocho, sin ramas, grueso, de madera oscura, negra, en el que ya muchos habían dibujado o tallado con piedras filosas algunas imágenes de animales y de recuerdos de la noche. Uno de los siete atacantes, Homus, sorpresivamente, y en medio de ese tenso y absoluto silencio, arrastró a Neandertal moribundo hacia ese tronco, lo subió a lo más alto, y pidió a las hembras tejedoras sogas de hoja de plátano secas para atarlo. El atacante quiso que Neandertal no cayera muerto nunca e inventó una salida macabra. Lo hizo para no sucumbir él ni nadie en las terribles luchas de sucesión. Manteniéndolo de "pie", amarrado con la soga, el Líder aparentaría estar bien. Nosotros habríamos dicho que ese tronco se convertía en un Totem, desde el momento en que Neandertal exhalaba finalmente un ruido desde muy adentro y se quedaba inmóvil. En las mentes de todos Neandertal surgió la fantasía de que estaba vivo y que no habría más sangre. Podían seguir contando con Él, que era símbolo del poder que aún muchos consideraban bueno, del poder de la sabiduría y de la paz, ya que misteriosamente todo se quedó quieto, nadie atacó a nadie. Los vientres de las madres se calmaron, los niños dejaron que el terror de sus cuerpecitos se modulara por sí solo para convertirse en pulmones llenos de aire fresco, el silencio de los bosques habló nuevamente a través del pico abierto de las crías de algunas aves, de algún riachuelo que se atrevía a discurrir nuevamente y del viento suave que creaba un nuevo rumor en las hojas de los árboles más altaneros. No pasó nada, no habían más luchas ni más muertes.

Homus pasó muchos días ahuyentando a los buitres, cubriendo de arena seca a Neandertal, mientras tallaba figuras en la madera negra, imágenes de la abundancia, del terror, de falos y vaginas, de senos nutricios, de guerreros feroces, de dioses nocturnos. Nadie peleaba, todos lo miraban al pasar, lo reconocían como guardián de todo lo que fue Neandertal, como el que había heredado con cada gemido de esa agonía, de ese sacrificio, las cualidades de Neandertal.

Pero lo más difícil era que los otros seis atacantes, que habían herido mortalmente a Neandertal, aceptaran no pelear entre sí y no sólo a Homus como heredero. El día mismo de la pelea, mirándose de reojo, se habían alejado sutilmente de la escena maravillosa en la que Homus colgó al moribundo. El escondite en el que habían tramado el ataque seguía siendo un lugar de encuentro, pero aumentaba la sensación que crean en la piel los vellos que se erizan. El temor mutuo no cedía fácilmente. Así como pasaban los días y el arena salada secaba el rostro de Neandertal, leves contactos de piel y manos reaseguraban a los siete atacantes. Mutuamente se calmaban, se ofrecían garantías de paz. Ocultaban, con complicidad, una sensación desagradable que encogía su rostro con disgusto y que llevaba a eludir las miradas; lo que hoy llamaríamos culpa.

Homus, que no dejaba de asistir a los encuentros de los conspiradores, terminó convocándolos al pie del Totem, y todos invitaron a otros, machos y hembras, a reunirse en las noches alrededor del símbolo, no sé si buscando perdón, alivio, compañía, confort, claridad, alianzas u otra cosa. Al golpear troncos huecos con palos y al soplar dentro de ramas vaciadas por las hormigas, se generaba un ruido que llamaba a todos, como cuando hubo la pelea original. Cuando llegaba el atardecer y descansaban los ruidos, eran muchos los que se había congregado. Lo que los sorprendía era que ese lugar les daba la sensación de seguridad, de apoyo mutuo, de no violencia, a pesar del intenso rumor de los tambores que había precedido. Hablaban con los restos divinizados de Neandertal para contarle sus problemas y temores y para pedirle consejos. Por otro lado, parecía reforzarse un acuerdo tácito que le cedía algo del poder de Neandertal a Homus, el que había salido con ese gesto sorprendente de atar a Neandertal al tronco muerto y evitar así, físicamente, la temida caída, alimentando esa ilusión tal natural de la inmortalidad.

Con el tiempo las carnes de Neandertal se desprendieron, los huesos cayeron. Algunos se los llevaron como reliquias a sus rincones o a sus cuevas, pensando que contenían fuerzas míticas que intentaban roer a escondidas en las noches. Pero cuando los cuerpos descansaban y aparecían imágenes de otros mundos en los cerebros dormidos, las palabras de Neandertal, sus gestos, su postura, parecían seguir hablando y enviando mensajes, tanto reconfortantes como amenazantes, de modo que a veces unos se despertaban sudando aterrados y otros llenos de alegría e inspirados por nuevas ideas de bien.

Sólo quedó el cráneo seco en la parte más alta del Totem. Nadie se atrevió a tocarlo e incluso causaba cierto temor mirarlo, aún en pleno día. En la noche la blancura del hueso redondeado reflejaba la luz de la luna o de las estrellas. Había nacido un Dios y una Tribu. Homus recordaba mejor que nadie lo que Neandertal decía, y todo lo que pensaba o creaba y descubría se lo agradecía a Neandertal, como si viniera de Él, como si no fuera más que un mensajero del Gran Líder. Y estaba convencido que era así. De hecho, tan compenetrado estaba con Neandertal, que olvidaba deliberadamente lo que lo había llevado a enfrentarlo y matarlo, y, con mucha frecuencia, era visitado por imágenes de éste en los sueños, hablándole, recomendándole, señalándole alguna dirección buena, algún placer delicioso, un secreto para encontrar alimentos y tesoros,… o para ganar una guerra. Se trataba de ideas que tal vez ya había engendrado tiempo atrás, que nacían de su acuciosa observación de la vida, pero, al aparecer reiteradas veces mientras dormía, expresadas de manera tan fuerte, lo que hacían era convencerlo de que Neandertal mismo había estado hablándole y al despertar lo buscaba entre aterrado y feliz. De hecho, Homus y sus congéneres no podían distinguir fácilmente el mundo de los sueños del mundo que creemos ahora es el "real". Incluso en pleno día, totalmente despierto, Homus podía escuchar la voz de Neandertal o sentir su presencia física, casi mirarlo.

Homus no se sentía digno del rol que la Tribu quería asignarle y no se desprendía de esa vergüenza y culpa por haber sido él uno de los que mataron a Neandertal. Aceptó que el poder ya no pertenecía a nadie sino al Totem de Neandertal que lo cedía a él temporalmente como su Representante, mediado por la tolerancia, el acuerdo, la cooperación, y las leyes que creaba su tribu en las reuniones de la noche. Reconoció que siempre tendría muchísimo que aprender. Homus aceptaba con una sensación de humildad y culpa tanta responsabilidad, y lo único que esperaba era poder ser digno de su Tribu. Quería en realidad seguir a su Tribu y se desvivía por estar delante de todos sin que nadie lo sintiera, sin ser visto siquiera.

Se hicieron muchas, muchas, reuniones nocturnas, se habló mucho, muchísimo, con palabras cada vez más complejas, en un lenguaje más corporal que verbal, se compartió todo con danzas de la cooperación. Se descubrió con movimientos repetidos cómo hacer las cosas mejor, dramatizando situaciones con gestos y ruidos en el vacío. Se exploraron ideas nuevas, tanto de los machos como de las hembras, e incluso la juventud se atrevió a hablar. Tardaron muchos, muchos años y seguían acordando leyes entre todos: la lealtad y fidelidad de la pareja fue una canción muy dulce; la no violencia no llevaba palabras ni movimientos sino miradas; la cooperación para sembrar - como hacían las hembras - era otra danza rítmica; la cacería en manada se describía con gritos feroces sincronizados. Así se abrió el diálogo con las manadas vecinas, se crearon las viviendas colectivas, se marchó con canciones de guerra a la construcción de puentes con árboles gigantescos para cruzar hondonadas y ríos. Y en las noches, sobretodo en las cuevas, apareció el arte, primero para describir su mundo y luego para decorar sus espacios de vida…Todo parecía florecer.

No obstante, en sus genes, como hasta hoy en nuestras células, estaba poderosamente inscrito el recuerdo de la poderosa función biológica protectora y de guía para el bien que conlleva el liderazgo, así como están inscritos el temor a la noche, a la traición, a los conflictos y la violencia y el frágil equilibrio de la paz y del acuerdo.

domingo, 20 de septiembre de 2009

UNAS PALABRAS SOBRE EL PROCESO DEL PENSAMIENTO

Sergio Barrio Tarnawiecki 21 de Diciembre de 1995

Quisiera elaborar en estas páginas algunas reflexiones sobre el proceso del pensamiento.

Cualquier trabajo serio y profundo es un constante proceso de descubrimiento, en el que nuestra sensibilidad hacia los más sutiles cambios, nuestra capacidad para percibir las nuevas formas que aparecen constantemente en todos los planos, en todos los niveles, desde lo aparentemente irrelevante, hasta lo abiertamente mágico, es tal vez la herramienta más importante que tenemos en nuestras manos. Ese discernimiento minucioso del cambio significativo, del aparecer de formas y contenidos nuevos, o de formas y contenidos viejos que se presentan con ropajes nuevos, es lo que llamamos "insight", a falta de un mejor término en español.

En la medida en que nos permitimos desarrollar nuestra sensibilidad, nuestra curiosidad, nuestro lado intuitivo, nuestra creatividad, en esa misma medida estamos apoyando el proceso en el que estamos inmersos. La curiosidad y la creatividad son expresión privilegiada de las formas superiores de vida y cuando la cultivamos estamos amando la vida e invitando a quien nos acompaña y a quien recibe los resultados de nuestro trabajo, a amarla también. Y al igual que cualquier herramienta que se ajusta al objetivo o al uso que queremos darle, nuestras ideas acerca de cómo es que surge un nuevo conocimiento, el pensamiento acerca del pensamiento, necesita ser afinado y ajustado a lo delicado y específico de la tarea que abordemos. Del mismo modo como no usamos un microscopio para ver la luna, ni un telescopio para ver la célula, me parece, por ejemplo, que para las actividades humanas más de frontera no nos sirve el principio del tercio excluido de la lógica formal.

(Cada vez que leo o escribo algo sobre las diferencias entre las formas superiores o inferiores de vida encuentro que son menos obvias y quiero retractarme, pero voy a dejar que siga este texto así...)

La actitud y actividad creativa necesita dar un seguimiento minucioso a los cambios más pequeños en el pensamiento y en los sentimientos, a los cambios más sorprendentes y a la vez casi invisibles de cada nueva experiencia, a las imágenes crípticas, a las nuevas formas de movimiento del cuerpo y de la conducta, a lo bello detrás de lo feo y a lo feo detrás de lo bello, a lo inesperado, a lo mágico, a lo desconocido, a lo totalmente nuevo.... Lo que recién aparece es nuevo, inédito, previamente inexistente, con semejanzas del pasado, pero axiomáticamente diferente, por lo que no puede ser aprehendido plenamente haciendo uso de las formas y contenidos del pensamiento pasado que hemos usado hasta ese mismo momento.

(En una sesión de terapia psico-corporal, un paciente habla sobre lo que le ocurre, pero sus manos están moviéndose de una manera diferente, tal vez extraña, y ahí vemos que algo nuevo que esta ocurriendo, algo está por aparecer, fuera de su consciencia primaria, en lo que llamamos consciencia secundaria. Lo inconsciente se está manifestando somáticamente y no es obvio su significado cambiante. Nada de lo que sabemos hasta entonces nos podría explicar lo que está ocurriendo sino a un nivel muy limitado.)

Las reflexiones que ofrezco en estas líneas, están basadas en el pensamiento de Hegel y en la lectura marxiana de éste. En la historia de la filosofía occidental, Hegel ha sido sorprendentemente agudo en este tema de los fundamentos del pensamiento y la filosofía. En la medida en que hago una elaboración libre, fruto de mi propia cosecha, sesgos, angustias, deseos, agonías y placeres, no puedo, por supuesto, atribuirle a este pensador, ni a su lectura marxiana, lo que aquí escribo; pero tampoco puedo dejar de reconocerlo como mi fuente más importante y original. También me siento enriquecido por mis lecturas del pensamiento de Lao Tse, el taoísmo, que tiene una sorprendente similitud con el de Hegel.

(Recuerdo cuando Vallejo nos dice: "Ante las piedras del riesgo darwiniano, de que están construidos los palacios, sufro la pena de un megaterio, que meditase parado, las patas traseras sobre la cabeza de Hegel y las delanteras sobre la cabeza de Marx"... en el poema "La cabeza y los pies de la dialéctica" en Poemas en prosa) PUNTO DE PARTIDA

Al estudiar a Hegel por primera vez, muchos años atrás, me sorprendió cuando se refiere al "punto de partida", cuando se pregunta "¿por dónde empezar?". Si queremos ocuparnos de la relación entre el pensamiento y la realidad, ¿cuál es el punto de partida? Nos plantea el dilema de que tenemos que estudiar el proceso del pensamiento haciendo uso del pensamiento, problema parecido al dilema planteado por la física moderna de que no podemos observar un fenómeno sin afectarlo. Kant sostiene que hay que conocer primero la facultad de conocer. Antes de usar un instrumento, dice, hay que conocerlo, ya que si ese instrumento no sirve o es insuficiente, nuestros esfuerzos por usarlo se habrían gastado en vano. No obstante – lo refuta Hegel - "Esto es un engaño. Tratándose de otros instrumentos sí podemos tratar de criticarlos por medios diferentes al de su uso, pero el examen del conocimiento sólo puede lograrse a través de un acto del conocimiento." Pretender conocer la facultad de conocer - como Kant - antes de conocer, es tan inocente como tomar la decisión de no lanzarse al agua sino hasta haber aprendido a nadar. Tenemos que partir de algo a pesar de que no debemos asumir nada dogmáticamente, ni aceptar afirmaciones ni supuestos. Pero algo, un comienzo, algo primario y derivado de nada, implica asumirlo, o mas bien es un supuesto. Parece imposible comenzar....

(Siente el todo. Si!: el TODO, el UNIVERSO, la TOTALIDAD, física, psíquica, espiritual, como quieras llamarla... ¿No hay ahí un temblor, una vibración, una deliciosa inquietud? ... no lo pienses solamente, sobretodo siéntelo, con tu corazón y tu piel, con tu intuición y tus sentidos, ¡estás ahí!, ¡formas parte de él!) EL SER PURO

Hegel nos dice partamos del "Ser Puro", mediado por nada, simple e indeterminado, sin ningún pre-juicio, sin ningún ante-juicio, sin ninguna idea pre-concebida, ¡sin ninguna idea!. Ahí recibí mi segunda sorpresa en esta aventura del pensamiento acerca del pensamiento, porque contenida en las palabras mismas que usa Hegel cuando dice: "el Ser puro mediado por nada", hay una curiosa ambigüedad en el sentido de la frase:... el Ser "mediado por nada".

(Para no interferir con lo nuevo que emerge, tal vez tenemos que dejar que "el Ser", la vida viviente, el Tao, se asiente sobre nosotros, permitir que se muestre, darle tiempo a manifestarse, recibir agradecidos lo que nos quiera dar o manifestar ... el Ser mediado por nada....)

Por un lado esa frase es una negación en el sentido de que se refiere al Ser puro, inmediato, no mediado, no determinado; pero también es una afirmación: el Ser mediado por nada, es decir la nada como mediadora, el No-ser que media al ser, lo transforma... Y efectivamente, nos dice Hegel: "No existe nada que no sea una condición intermedia entre el Ser y la Nada". La Nada es el Todo... el No Ser es la cualidad más universal del Ser.

Tal vez todo esto suena medio obstruso, pero no por eso es menos fascinante. Cuando el pensamiento se inicia es un pensamiento indeterminado, es un comienzo puro, simple, que existe simplemente, mediado por nada. En ese punto inicial el pensamiento es, simplemente, así como una piedra es, un árbol es; en un primer momento, indeterminado. Apenas vemos la totalidad, la existencia, lo primero que intuimos es que todo es, y nada más; dejamos de lado toda especificidad.

El Ser y la Nada son, y son lo mismo. Podríamos volver a escribir parte del párrafo anterior diciendo, más correctamente: el pensamiento indeterminado, es un comienzo puro y simple, mediado por nada, en ese punto inicial el pensamiento es y no es, así como una piedra es y no es, al mismo tiempo, un árbol es y no es al mismo instante,... y es así porque está constantemente dejando de ser...

Y si la cualidad más fundamental de ese Ser es el No Ser, es porque está eternamente cambiando, es capaz de dejar de Ser, para devenir Otro. La Unidad entre el Ser y la Nada es entonces el Devenir. El Devenir es la transformación del ser, el proceso de lo que está surgiendo, un atributo del Ser que está dejando de ser lo que es, para ser Otro.

("El ser y la nada... en su inquieta unidad, en el devenir..." dice Hegel en "Science of Logic")

Pareciera un juego de palabras pero tiene una significación muy profunda, sencilla pero profunda y bella. La cualidad más esencial del Ser es el No-ser, y esa cualidad es "inquieta", cualidad tan universal, tan humana, tan animal!... ya que está dejando de ser, constantemente. Es otra manera de decir la frase aquella de Heráclito, cuando nos dice, "todo fluye...".

Hegel también nos dice que este devenir tiene un resultado. La "inquieta" Unidad del Ser y la Nada tiene como resultado un Ser Determinado, el Ser aquí y ahora, lo que ha devenido. Este ser determinado como un carácter o modo, tiene una Cualidad particular, es Algo en virtud a sus cualidades y si pierde sus cualidades deja de ser lo que es. Cada instante es Algo diferente.

("Somos diferentes personas a lo largo de nuestra vida: el trabajador, el amante, el padre o madre, el pensador, el atleta. Y cada uno de estos tiene un cuerpo diferente que atraviesa transiciones y transformaciones. Las conexiones cambian, nuestro modo de amar cambia, nuestras satisfacciones y deseos cambian, nuestras metas e imagen cambian. Ocurren matrimonios, separaciones, cambios de carrera y la muerte de seres queridos. Todos estos cambios nos exigen aprender nuevas conductas, reorganizar nuestras acciones y respuestas.", como escribe Stanley Keleman en "Somatic Reality")


UNIDAD DEL PENSAMIENTO

Otro aspecto que me sorprendió enormemente en las ideas de Hegel, es el concepto de la Unidad o Identidad entre el pensamiento y la realidad. El nos dice por ejemplo "hablar del pensamiento o del pensamiento objetivo como corazón y alma del mundo pareciera adscribir a las cosas de la naturaleza una consciencia. Siento cierto rechazo contra la idea de hacer que el pensamiento sea una función interna de las cosas, especialmente si hablamos del pensamiento como una de las características especiales en las que el hombre diverge de la naturaleza. Sería necesario, por lo tanto, si utilizamos el término pensamiento, hablar de la naturaleza como un sistema de pensamiento inconsciente, o para usar la expresión de Schelling, de Inteligencia petrificada" (el subrayado es mío).

(Nuevamente aparece mi conflicto con las supuestas diferencias entre las formas superiores o inferiores de vida, y me niego a aceptar la idea creo ya obsoleta de que sólo el hombre piensa. No puedo observar casi ningún animal dotado de cerebro, por primitivo que este sea, sin reconocer que piensa, en alguna forma, como nosotros, aún cuando su pensamiento pueda ser mas sencillo, más rudimentario... y no puedo dejar de imaginar que los sistemas de la percepción de los seres vivos, desde los organismos unicelulares, o tal vez antes, evolucionaron progresivamente hasta tener un cerebro y que no sabría decir cuándo sería legítimo afirmar que comenzaron a pensar, en qué grado o momento de la evolución...., Evidentemente no hay solución de continuidad entre el no pensamiento, el pre-pensamiento y el pensamiento entre los seres vivos, ­ y tampoco puedo decir cuando comenzaron a amar! En todo caso, en la frase de Hegel yo prefería hablar del pensamiento o del amor, como características especiales en que el hombre diverge cuantitativamente "en la naturaleza"... y no "de la naturaleza".)

("No estaba hablando a las plantas, me estaba comunicando con ellas. Las plantas no tienen cerebro pero tienen mente, por lo que era una comunicación mente a mente. Estaba usando lo que llamo las cuatro íes: instinto, intuición, 'insight' [introvisión o discernimiento] e inspiración, que operan desde el centro espiritual de cada persona con energías muy finas... El instinto trabaja con las fuerzas de la vida, la intuición con la fuerza del amor, el insight con la fuerza de la luz; y la inspiración con la fuerza del ceder. ... Yo me vacío a mi mismo, a mi cuerpo, de todo pensamiento y de la estructura de la planta, y cedo, me relajo en la mente del ajonjolí mismo, luego trabajo a través del instinto, la intuición y el 'insight' y me pregunto qué es lo que necesito saber. Normalmente obtengo palabras como respuestas, pero cuando hay un buen contacto entre mi campo vital y el de la planta, obtengo párrafos enteros y puedo traducir en palabras las energías que siento..." "Gardening in Circles" de Donald Laugham, disfrutando algún lugar del jardín que es Venezuela).
Para Hegel, la consciencia esta volviéndose naturaleza. A mí me resulta fascinante la perspectiva marxiana que, a la inversa, sostiene que la idea de que a través del pensamiento, lo universal, lo absoluto, la naturaleza en toda su plenitud, incluyendo el mismo pensamioento, está volviéndose consciente de sí mismo. Como si el Ser, lo existente, la naturaleza, a través del pensamiento, se despliega, se separa de sí misma, pero al mismo tiempo, en el mismo acto, simultáneamente, en virtud de ese mismo desplegarse, vuelve, retorna a sí mismo. Cada paso de la Realidad a través del pensamiento, cada movimiento de este desplegarse, es un retorno más profundo de la Realidad a sí misma, y es transformada por ese mismo acto, como veremos más adelante.

("...(es) a la vez un avanzar y en ese sentido un desligarse de la noción implícita en el Ser; y al mismo tiempo un retraerse del ser hacia adentro, un hundirse más profundo en sí mismo..." dice Hegel en "Enciclopaedia of the Philosophical Sciences", primera parte, conocida como "La Pequeña Lógica")
Otra de las consecuencias fascinantes del hecho de reconocer que los pensamientos no están en un reino aparte, separado del ser y de las cosas, de lo pensado, de su contenido, de lo que abrazan, reflejan y constituyen, es que implica admitir que el ser y el pensar son de la misma naturaleza. El pensamiento es parte del Ser, es naturaleza, es realidad. Si el pensamiento es una aproximación del Ser hacia sí mismo, las cualidades esenciales del pensamiento deben ser iguales a las del ser, todas sus cualidades y manifestaciones, deben ser de la misma naturaleza, ¡deben obedecer las mismas leyes fundamentales! Eso pareciera permitirnos reconocer a la lógica como la forma del movimiento de la realidad, incluido en ésta el pensamiento, y no como una creación arbitraria, unilateral, del pensamiento que se mira a sí mismo. Esto es lo que constituiría lo esencial de la concepción de la Unidad del pensamiento y de la realidad, Unidad en el sentido de que son lo mismo, son momentos de lo Universal, de la Realidad y No-Realidad. El camino del conocimiento parece ser la actividad del conocimiento externa a la Realidad, al Ser, que sin embargo, es simultáneamente un movimiento del Ser mismo, de la Realidad.

Ello me lleva, como corolario, a otra afirmación: la abstracción no sería simplemente un cualidad del proceso del pensamiento, sino que una cualidad del Ser, de la naturaleza, de lo existente. Nuestras abstracciones, las categorías de nuestro pensamiento, las podríamos entender como un reflejo de la Esencia de lo real, del Todo, y a esa Esencia como parte de la verdadera naturaleza de las cosas que nuestros pensamientos conciben, perciben, dis-ciernen, des-cubren, de-velan, aún cuando no directamente, aún cuando mediados por la reflexión. El conocimiento de las relaciones complejas entre la multiplicidad de las causas y efectos, y de los efectos sin causa y de las causas sin efecto, sólo puede ser establecida por la reflexión, ya que no es inmediatamente sensible, pero esa relación abstracta es una propiedad de las cosas mismas y no simplemente una categoría del pensamiento. Las abstracciones no existen solamente en nuestro pensamiento. La Realidad, la naturaleza, es, a la vez, ella misma, concreta y abstracta.

(La poesía recibe con tanta más facilidad que nuestro pensamiento común los mensajes contradictorios de esa Realidad, a veces tan árida. Recordemos a Vallejo cuando nos dice: "... ¿Qué sería su causa?, ¿Dónde estaría aquello tan importante que dejase de ser su causa? Nada es su causa; nada ha podido dejar de ser su causa..." (en el poema "Voy a hablar de la esperanza", en Poemas en prosa.)

EL CAMINO HACIA AFUERA ES HACIA ADENTRO

No obstante, la Unidad del Ser y del Pensamiento significa la Diferencia. Tan pronto como un pensamiento es concebido ha establecido una distancia, una Diferencia, con esa Realidad del Ser de la que forma parte al mismo tiempo. Ha sido, por así decir, impregnado, marcado, por el momento del Ser, por su manifestación concreta especial e instantánea... pero el Ser ha seguido siendo mientras el pensamiento necesita fijarse, estabilizar una imagen de lo que fue,… pero sigue “siendo” y adquiriendo nuevos significados. La Realidad del Ser, como vimos, es el cambio, el dejar de ser, constantemente. Lo complejo y contradictorio de todo esto estriba en el hecho de que el pensamiento es, en sí mismo, real, parte del Ser que lo engendra (por lo tanto en parte se engendra a sí mismo también). Pero el Ser no se limita al pensamiento. Es mucho más que él.....

Este mostrarse de la Realidad, de la totalidad, de lo absoluto, de lo universal sobre sí mismo en y a través del pensamiento, tiene un contenido, por lo tanto, profundamente contradictorio. Todas las cosas - no sólo el pensamiento -, todo lo que es, es contradictorio en sí mismo. A es igual a A, pero también es, a la vez, diferente de A, porque A está siempre dejando de ser A. Nos dice Hegel que: "uno de los grandes prejuicios de la lógica y de la imaginación corriente es que la contradicción sería menos importante y menos inmanente que la identidad, sin embargo - afirma -, la contradicción debe ser considerada como algo más profundo y más Esencial que la identidad, si fuera una cuestión de darle un rango o importancia... La identidad de algo consigo mismo es lo más inmediato, mientras que la contradicción es la raíz y producto de todo movimiento y de toda vitalidad. Solamente en la medida en que contiene una contradicción la Realidad se mueve, tiene Impulso y actividad".

(Que algo sea contradictorio no significa entonces que sea un absurdo. Todo es contradictorio. Lo finito es infinito, lo infinito esta compuesto únicamente de finitos. Lo concreto es abstracto, lo débil es fuerte, lo positivo es negativo, lo femenino es masculino y lo masculino, femenino. El pensamiento es, a la vez, real e irreal!)

SEMBLANZA

El primer momento en que el pensamiento y la Realidad - de la cual el pensamiento forma parte - establecen su primer contacto como parte de este movimiento, es cuando la Realidad “se muestra” ella misma a sí misma. En ese momento no toma aún la forma de conceptos del pensamiento. Todo concepto del pensamiento en ese momento sería un "a priori", sin fundamento, una barrera a la percepción y al pensamiento. Todo conocimiento pasado es diferente de lo nuevo, de lo que está surgiendo, de lo misterioso y desconocido que se está develando y revelando. Si nuestro quehacer es la generación del conocimiento nuevo, debemos admitir que el primer momento del pensamiento, ¡no incluye conceptos ni lenguaje! No es cierto el edicto bíblico “al principio fue el verbo”, si lo tomamos literalmente.

(Recurro otra vez a la poesía, a Vallejo cuando nos dice: "En el momento en que el tenista lanza magistralmente su bola, le posee una inocencia totalmente animal. Lo mismo ocurre con el cerebro. En el momento en que el filósofo sorprende una nueva verdad, es una bestia completa..." en el poema "De Feuerbach a Marx", en Poemas en Prosa.)

Este primer momento del proceso del conocimiento, la Semblanza, es el mostrarse y separarse de la Realidad, y a la vez el acercarse de la Realidad a sí misma a través del pensamiento. En ese encuentro primigenio de la Realidad consigo misma, está presente, remarquemos, toda la infinita riqueza del universo. ¡Nada menos!, la Apariencia y Esencia de todo lo existente. No es sólo apariencia, ni la Apariencia es sólo apariencia, es también ella misma manifestación de la Esencia. Es el momento del Ser en que la Esencia se muestra a sí misma. La Semblanza, lo "inmediatamente dado" es el mostrarse, el reflejo de la Esencia sobre sí misma.

(Pensando en lo obstruso que esto puede sonar, recordé un texto de Hegel en el que nos habla de la "agonía del conocimiento". No es fácil conocer, y ni lo es tampoco el pensamiento acerca del pensamiento. "Cambio de agonías como me cambio de ropas", dice Walt Whitman. Nos transmite Hegel que el placer del conocer va acompañado de una agonía, de un sufrimiento que, añadiría yo, es a la vez un placer indescriptible, pleno...)

APARIENCIA

A través de este momento de la Semblanza la Esencia aparece. Lo que muestra el Ser, su fenómeno, es manifestación de su Esencia. Esto es el segundo momento, el momento de la Apariencia. Una manifestación particular, una forma particular, accidente, movimiento, faceta, secuencia, etc. de la Esencia aparece en una forma particular. Cuando esta Apariencia adquiere formas similares, más allá de lo accidental, descubrimos incluso la aparición de algunas formas aparentemente más constantes de manifestarse de la Esencia que llamamos "leyes". Toda ley elaborada por el pensamiento es, por supuesto, estrecha, incompleta, aproximada, pero refleja esa cierta continuidad, esa cierta inmovilidad o continuidad en la Apariencia como manifestación de la Esencia.

Pero esto significa también que, en su proceso, el pensamiento ha comenzado a establecer algún vínculo entre el proceso viviente nuevo del pensamiento y el pensamiento pasado, resultado de los procesos del pensamiento anteriores, ya engendrados, en parte revitalizándolos, por así decir, pero también negándolos o trascendiéndolos, dejando de lado algo, y validando algo también. Nunca una negación vacía, siempre una negación con contenido, con continuidad,....

(Ninguna afirmación que haya sido elaborada con un acercamiento honesto y cálido a la realidad puede ser completamente falsa, totalmente vacía de verdad, así como ninguna puede ser completamente verdadera...)

Por supuesto, si partiéramos únicamente de pensamientos pasados, o únicamente de pensamientos especulativos, es decir de las formas anteriores en que lo universal, lo absoluto, la naturaleza, la Realidad quedó plasmada en el pensamiento, a través de experiencias anteriores y elaboraciones hechas en el puro pensamiento (especulaciones), estaríamos cerrando el camino a la emergencia de lo nuevo. Estaríamos anteponiendo a lo nuevo la imagen de lo viejo ("el muerto se agarra del vivo"). En cambio, si hemos abierto el proceso del pensamiento a esa afirmación de la Realidad sobre sí misma a través del pensamiento, si hemos permitido que esa Realidad se asiente sobre nosotros desde de su Semblanza inicial e incorporando la emergencia de la Apariencia, sin anteponer conceptos previos, y si sólo entonces contrastamos esta apariencia con lo anterior, entonces ser más fácil que aparezca lo nuevo y se vivifique y trascienda el pensamiento pasado, se insinúe lo desconocido, lo insólito, e incluso lo bello, lo bueno, lo mágico.

ESENCIA

A través de este proceso la Esencia aparece, está emergiendo constantemente con su infinita riqueza; el pensamiento pasa de una Esencia, por así decir, de "primer grado", a una Esencia de "segundo grado", etc., "ad infinitum". ¿Qué significa este tránsito de la Apariencia a la Esencia? Lo fundamental me parece es que implica reconocer que la Esencia es determinada en la Apariencia misma y se manifiesta en la Semblanza, y no es lo que se impone arbitrariamente desde fuera como "coincidencia" o arreglo ex-post del cerebro y sus categorías.

(No es irrelevante ninguna manifestación. Lo aparentemente trivial, es una manifestación de lo que ocurre realmente. La espuma del río es una expresión del caudal de este, de su turbulencia y de la riqueza de su movimiento. Lo accidental, lo que llamaría Mindell, la consciencia secundaria, lo preconsciente, es expresión del proceso que está desenvolviéndose,... y está manifestando algo trascendente, esencial.)

La Apariencia en tanto manifestación de la Esencia es una cualidad de la Esencia misma. La Apariencia es Esencial. El momento de la Esencia, en el proceso del conocimiento, es el momento en que el pensamiento se mueve incesantemente de lo concreto a lo abstracto y de la abstracción de un nivel a una abstracción más profunda, en un proceso interminable, mientras las formas de vida más elevadas subsistan.......

ACTUALIDAD

Cuando el movimiento del pensamiento alcanza un cierto nivel de la Esencia, aparece un Impulso al retorno. Ha aparecido un Significado porque la Esencia, ha mostrado relaciones potenciales, y ha establecido Consecuencias que se muestran o emergen en el mismo proceso del pensamiento. Esto es el momento de la Actualidad, donde el Significado del pensamiento reunifica el pensamiento y la Realidad, aún cuando lo hace todavía solamente a nivel del pensamiento. La Realidad se hace consciente de su Realidad a través del pensamiento y se piensa ahora...

(Podemos estar quietos, sentados, largo rato. No necesita mediar nada para que en un momento sintamos un impulso, una inquietud, un deseo de pararnos o de movernos y cambiar de posición... Lo mismo ocurre cuando estamos pensando algo en profundidad, llega un momento en que el pensamiento, el mero pensamiento, contiene lo que quiere retornar a su origen, hacer algo,...)

PRACTICA

Como el pensamiento forma parte de la Realidad, forma parte también de este proceso de movimiento y cambio de la Realidad. El momento de la Actualidad significa que nuestros pensamientos siendo reales, siendo parte del movimiento universal que en esta transición se inició con el momento de la Semblanza, están cambiando, maduran, nutren un significado siempre parcialmente nuevo que emerge a la vez deliberada y espontáneamente, concreto y abstracto a la vez. Emergen la Idea o Noción (lo abstracto), a través de la cual el pensamiento está listo para su retorno, está listo para la Práctica (para la vuelta a lo pensado).

El pensamiento comienza su retorno a su punto de partida. Pero ha sufrido una transformación, es a la vez parte de la infinita complejidad de la red de causas y efectos, ya que regresa a la Realidad, afectándola, trascendiéndola, transformándola. Este es el momento de la Práctica, en la que el pensamiento se reunifica con la Realidad más allá del puro pensamiento.

(No puedo ni pensar en algo sin sentir algo. Si pienso que hablo algo, los músculos de mi garganta se contraen como si hablara. Si focalizo mi atención intensamente en mi mano, y pienso que voy a contraerla, algo ocurre en mi mano, puedo sentirlo, aún sin que ocurra ningún movimiento. Si me imagino que muevo un brazo, algo ocurre en mis músculos y tendones.... Y, a la inversa, por pequeño que sea un movimiento que haga, en él estar n contenidas todas mis emociones, sentimientos, recuerdos, sólo tengo que darme el tiempo y el espacio para escuchar... estoy suscitando el pensamiento)

No obstante ha surgido una nueva distancia entre el pensamiento y la Realidad, porque esta ya es diferente de como era en el momento en que el proceso del pensamiento se inició; ella ya no es la misma, ha evolucionado (a la vez conjunta e independientemente del proceso del pensamiento que forma parte de ella) y este retorno del pensamiento a la Realidad a través de la Práctica también transforma la Realidad, es decir trasciende su momento actual, le da nuevos contenidos, la re-crea y crea las bases para transformarse a sí mismo, ya que ¡toca a su propia raíz!. El Ser "en sí", se ha transformado en Ser "para sí" a través del pensamiento! Este nuevo momento de Unidad es el inicio de un nuevo movimiento del proceso del pensamiento.


LOGICA

Lo sorprendente de esta visión del proceso del pensamiento que defiendo es que nos permite acercarnos a la naturaleza de la lógica en tanto ciencia del conocimiento, o en tanto teoría del conocimiento. El conocimiento de la naturaleza sobre sí misma no es un reflejo simple, inmediato, completo, sino un proceso constante de acercamiento, de abstracciones múltiples y en serie, de formación y desarrollo de conceptos y leyes, etc., cada vez más profundas; y estos conceptos y leyes, si bien son acercamientos objetivos, nunca son exactos, nunca totales; son eternamente cambiantes, acercándose más y más en un proceso infinito mientras dure y exista el pensamiento.

Desde esta perspectiva resulta sorprendente reconocer cómo la lógica y sus leyes son una cualidad del Ser, no simplemente un atributo del pensamiento. El método no es una forma externa, impuesta, arbitraria, adosada a la Realidad, sino el contenido mismo de su propio objeto, la forma del automovimiento de su propio contenido.



TRASCENDENCIA

A través del pensamiento, la naturaleza existe, es, y no solo se vuelve consciente de sí misma. La vida también se crea y recrea, evoluciona, se transforma, se enriquece, se eleva, se embellece, se enaltece, transciende a través del pensamiento en un proceso infinito. Lo que no conocemos, lo misterioso, lo insólito, lo mágico, no solamente es lo que esta ahí y no hemos llegado todavía a captar, a aprehender, sino aquello que no es todavía, aquello que no ha llegado a ser todavía y que el pensamiento esta contribuyendo a que sea, esta desarrollando, esta dándole forma, esta inventando, está creando, está engendrando constantemente. El pensamiento no podía dejar de tener esa cualidad asombrosa de todo lo existente que es la de crear más y más formas de existencia.....

("Sigue vigente la cuestión de la utilidad de no contar con un metacomunicador - en el caso de los estados extremos como la esquizofrenia..... Las teorías sobre el 'antropos' nos da la idea de que el campo tiene una consciencia propia.... Una teoría útil y tentativa a considerar es que el campo hace todo lo que puede para llegar a la consciencia. Las personas experimentan esto normalmente en sus vidas personales cuando toman consciencia de experiencias que hacen que la vida sea más significativa. En el caso de estados psicóticos extremos, sin embargo, no hay nadie en casa para recibir la información; es decir, nadie excepto el medio externo. Una hipótesis útil es suponer que el campo en el que vivimos utiliza a personas esquizofrénicas, sin metacomunicador, para expresarse, el mismo, al resto del mundo. La incapacidad del esquizofrénico para trabajar con su proceso nos fuerza a nosotros a confrontarlo. Estamos forzados a formular teorías y a pensar en temas que de otra manera trataríamos negligentemente." Arnold Mindell)

Cuando digo "no sé", no solamente estoy expresando lo limitado de mi pensamiento, lo limitado de mis conceptos para poder aprehender la Realidad compleja, infinita, vasta, cambiante, transformándose a sí misma todo el tiempo, sino también estoy diciendo que no conozco aquello que puedo crear, aquello que puedo ser, aquello que puede ser a través mío, no conozco lo que puede surgir de mí como parte y expresión de esta vida de la que formo parte.

(Piensa un instante en lo que ocurrió durante los primeros millonésimos de segundo del universo, desde que surgió el tiempo y el espacio, o desde una de esas extraordinarias pulsaciones que engendraron lo que ahora llamamos universo. Casual fue, pareciera, el que las fuerzas de expansión no fueran tan diferentes de las de contracción y así resultara posible la vida. ¿Te imaginas qué extraordinaria creación? Imagínate que en ese Pre-Universo, ese Ser, anterior al Universo, antes de que este exista como lo conocemos hoy, cuando ni en tiempo ni el espacio, ni las leyes de la física que conocemos, existían, existía en alguna extraordinaria forma la Posibilidad de lo que hoy existe, que en el instante cero cuajó en la forma del Universo actual. Imagínate también lo que está ocurriendo ahora en cada célula viviente en la que se producen mutaciones constantemente..... Imagínate lo que está pensando, soñando, deseando, imaginando, anhelando, haciendo toda la humanidad ahora, en este instante, en todos los rincones del mundo, las transformaciones que están ocurriendo son infinitas. ¡Cuánta creación! ¡Cuanto amor!)

El espíritu humano, al igual que las plantas y otros animales movidos por el amor como el hombre, e increíbles fuerzas como las de la macrofísica o de la microfísica, está constantemente creando algo nuevo, no solamente reorganizando lo anterior en formas distintas, no solamente mostrando lo anterior a niveles más y más profundos, sino también haciendo que lo que no existe, lo que nunca ha existido hasta ahora, surja a la existencia. No somos solamente receptores pasivos de lo mágico, de lo extraordinario de lo insólito, sino también sus creadores..........



Y ahora caballeros,
Diré una palabra que deseo permanezca
en vuestra mente
Como base y también conclusión de toda
metafísica.

(Así dijo a los estudiantes el viejo profesor,
cuando cerraba su concurrida clase)

Tras haber estudiado lo viejo y lo nuevo,
los sistemas griego y alemán,
Tras haber estudiado y comprendido a
Kant, Fichte, Schelling y Hegel,
Tras haber juzgado la gloria de Platón,
y de Sócrates más grande que Platón,
Y más grande aún que Sócrates, al divino
Cristo, a quien durante largo tiempo
he estudiado,
Recuerdo hoy esos sistemas, el griego y
el germánico,
Recuerdo todas las filosofías, las iglesias
y doctrinas,
Mas por debajo de Sócrates veo, y también
por debajo del divino Cristo veo,
El dulce amor del hombre por su camarada,
la atracción que sobre el amigo su
amigo ejerce,
O entre el marido y la esposa que se
complementan, o entre padres e hijos,
O el amor entre ciudades, o entre países.

(Poema titulado "La Base de Toda Metafísica" de Walt Whitman en Hojas de Hierba.)




Sergio Barrio Tarnawiecki